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Aunque la próxima canonización del Beato Junípero Serra ha provocado reacciones encontradas, en un grupo de discusión del 22 de abril se dijo que las ambigüedades que rodean al fraile no deberían descontar el buen trabajo que realizó o el diálogo positivo y de reconciliación que pudiera resultar de su santidad.
“Cometió muchos errores, pero fue hombre de su tiempo. Con algunos defectos, pero heroico”, dijo el Padre Franciscano Joe Nangle refiriéndose al Beato Serra, quien como español franciscano del siglo XVIII estableció misiones en los Estados Unidos.
El Padre Nangle, pastor adjunto de la parroquia de Nuestra Señora Reina de la Paz de Arlington, Virginia, fue uno de los participantes en las discusiones que llevaron como tema “Los padres fundadores”, que tuvo lugar en la Universidad Católica de América. La discusión se enfocó con atención a tres sacerdotes católicos representados en la sala de estatuas del Capitolio de los EE.UU.: el Beato Serra y los padres jesuitas Jacques Marquette y Eusebio Kino.
La mayor parte de la discusión se centró en el Beato Serra, que será canonizado por el Papa Francisco durante una Misa a celebrarse el 23 de septiembre en terrenos de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington.
El Padre Nangle, que trabajó de misionero en Latinoamérica por 15 años, no fue el único en sostener sentimientos encontrados sobre el Beato Serra, quien fue descrito por el Papa Francisco como “el evangelizador del oeste de los Estados Unidos” pero quien ha sido también señalado como colonizador brutal y agente de supresión de la cultura indígena.
“Me doy cuenta de las ambigüedades”, dijo Tracy Neal Leavelle, Profesora Adjunta de Historia y Directora Asociada de Humanidades y Bellas Artes de la Universidad de Creighton en Omaha, Nebraska, durante la discusión auspiciada por el Instituto de Normas de Investigaciones y Estudios Católicos.
Leavelle, autora de “El Calumet Católico: conversiones coloniales en la zona francesa e indígena de Norte América”, dijo que esperaba que la gente pudiera usar la canonización del Beato Serra como “una oportunidad de ver a este país con todos sus defectos”.
El Padre Henry Sands, quien dirige los esfuerzos de oriundos americanos del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de los EE.UU. del Secretariado de Obispos Católicos de los EE.UU., de modo semejante aceptó la incomodidad expresada por muchos oriundos americanos sobre el Beato Serra.
El sacerdote, miembro de las tribus Ojibwe, Ottawa y Potawatomi, dijo que cuando se anunció la canonización del Beato Serra en el mes de enero, muchos oriundos americanos dijeron que él representaba muchas cosas que “no eran correctas” por la forma en la que habían sido tratados las personas autóctonas.
Y dijo que algunas de las críticas en contra del Beato Serra “se han exagerado” pero también aceptó que la canonización les ofrece una oportunidad a los oriundos americanos de expresar su frustración y también les da la oportunidad a los cristianos de “lograr un cambio” con sus oraciones y esfuerzos para acercarse a los oriundos americanos.
Steven Hackel, Profesor de Historia de la Universidad de California de Riverside quien ha escrito una biografía titulada “Junípero Serra: California’s Founding Father” dijo que la canonización del Beato Serra puede llamar la atención hacia el trabajo del fraile en el desarrollo de la zona de occidente de la nación antes, incluso, de que el país se hubiera establecido como tal.
Hizo notar que el Beato Serra, contemporáneo de George Washington, fue promotor, llamando la atención al cuidado de tierras y a la agricultura, que ha sido crucial en el desarrollo de la nación.
Hackel dijo que la Iglesia Católica debería hablar más del Beato Serra y dijo que esas discusiones podrían conducir a la reconciliación de los oriundos americanos.
El Obispo Gerald F. Kicanas de Tucson, Arizona, subrayó los problemas a vencer que tuvieron los misioneros pioneros, haciendo notar que no se habían establecido claramente normas a seguir para la adopción de la cultura local y de las lenguas.
“Era claramente desalentador”, añadió, haciendo notar que el Padre Kino, quien estableció 20 misiones en el desierto de Sonora, también se enfrentó a altas temperaturas, vientos imprevistos y lobos.
El obispo, que es el proponente de la Causa de Santidad del Padre Kino, señaló que el sacerdote misionero, que murió en 1711, “había desarrollado un profundo amor por Dios y amor por los pobres” y estaba convencido de que los misioneros deben orar, trabajar mucho e ir a encontrarse al lugar en donde esté la gente.—CNS
