Multitud Fuera de Tribunal Supremo Se Concentra Contra Mandato Federal

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A fin de cuentas las religiosas decidieron que sería bueno cantar después de todo.

Eso no estaba en agenda para la soleada concentración de 90 minutos frente al Tribunal Supremo el 23 del marzo en apoyo a los demandantes en el caso Zubik v. Burwell. Pero tuvo un efecto calmante, así que pareció ser lo correcto a hacerse.

Hubo varias interpretaciones espontáneas de “Let There Be Peace on Earth”, “God Bless America” and “God Bless the USA” por parte de las Hermanitas de los Pobres y grupos de hermanas dominicas y carmelitas.

Al final de la concentración, madre Regina Marie Gorman, de las Hermanas Carmelitas de Los Ángeles, quienes pronunciaron la oración de cierre, decidieron, con una gran sonrisa, que sería apto para todos los católicos entonar el antífona mariano “Salve Regina”, tradicionalmente cantado después de las oraciones vespertinas.

Esta fue una conclusión serena a una concentración ordenada puntualizada con gritos a coro de “¡déjenlas servir!” mientras el tribunal escuchaba argumentos en el caso presentado por varias entidades católicas y de otras religiones contra el requisito del gobierno federal de que la mayoría de los patronos, incluyendo los patronos religiosos, incluyeran anticonceptivos en los seguros médicos para sus trabajadores.

Las Hermanitas, con sede en Denver, que operan hogares para los ancianos pobres, y otros 36 grupos están disputando el mandato de anticonceptivos de la Ley de Cuidado de Salud Asequible. Con la muerte del magistrado Antonin Scalia el caso tiene un futuro incierto con la posibilidad de un estancamiento 4 a 4, lo cual significaría que los fallos de los tribunales de circuito, de los cuales todos menos uno han favorecido a los demandantes, serían reafirmados.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha ofrecido un “acomodo”, también conocido como una “circunvalación”, que permite que los patronos que objetan le informen al HHS por escrito su oposición a la cubierta de anticonceptivos. Esto permite que un tercero provea la cubierta. Las Hermanitas y otros demandantes objetan a eso, llamándolo una carga contra su libre ejercicio de religión porque todavía estarían involucradas en permitir una cobertura que ellas encuentran objetable.

“Hoy las Hermanitas asumen su última postura”, dijo madre Mary Assumpta Long, de las Hermanas Dominicas de María en Ann Arbor, Michigan. “Llenar un pedazo de papel no es el asunto. La complicidad es errónea y errónea es en sí misma y el gobierno no puede hacer que sea distinto”.—CNS