El Papa Francisco Entrega Su Propia Guía Básica Para Familias

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El papa Francisco sabe que las familias están compuestas de personas reales que viven en la realidad del mundo, por lo cual, con frecuencia, les da consejo, con los pies bien plantados en la tierra.

La Iglesia Católica desde hace mucho tiempo ha enseñado que la familia es la escuela de la humanidad, el primer y mejor lugar para aprender acerca del amor y del respeto. De hecho, una sociedad sana depende de los ciudadanos que aprenden acerca del amor, la responsabilidad, la lealtad, la aceptación de otras personas y la solidaridad dentro de las relaciones de familia, ha dicho el papa Francisco.

El papa, que ha sido maestro, en cierta forma ha venido dándoles a las familias de hoy planes detallados de lecciones, en donde les ofrece guía de lo que en verdad se necesita hacer. Se espera que en el Sínodo Mundial de la Familia, que el papa ha convocado para el próximo mes de octubre, el papa dé guías concretas de cuidado pastoral para la familia y sus miembros.

El papa Francisco ha venido ofreciendo consejos concretos y, a veces, coloridos sobre la familia en sus pláticas de audiencias generales, desde el pasado mes de diciembre, lo cual les servirá a las personas que se reúnan para la Asamblea Mundial de Familias el próximo mes de septiembre, en Filadelfia, para tener más que suficiente material que analizar.

La forma de tratar el asunto que utiliza el papa es de abajo a arriba.

Y no empieza explicando un concepto de libro de texto ni presenta una pintura perfecta de lo que mágicamente todos deben de replicar. La familia es una institución real compuesta de personas humanas y, por lo tanto, una cuanta limitada, por lo que necesitan ayuda.

El papa utiliza ejemplos sacados de su propia vida y la vida de otras personas y así señala lo que pasa “en el terreno” y de allí elabora un plan pastoral que se conformaría con la respuesta de Dios ante esta realidad.

Por ejemplo, la respuesta cristiana ante los problemas de enojo o falta de entendimiento, que son muy normales, es la selección del camino del diálogo, que requiere, por lo demás, engullir mucho “pastel de humildad”, dijo el papa en una homilía que pronunció en enero del 2014.

“Quizá, a veces, los platos empiecen a volar por el aire”, dijo el papa;pero después de que “haya pasado la tormenta” las cosas se tienen que arreglar lo más pronto posible, “con una palabra, con un gesto”, de manera que nadie se quede “aislado en ese té amargo de nuestro resentimiento”.

Y otro consejo práctico similar que les ha dado a las parejas de casados es éste: jueguen más con sus hijos, dejen de usar palabras groseras, sean más afectuosos y siempre digan: “Por favor”, “¿Puedo…? y “Gracias”. Las madres y padres de familia deben de poner el ejemplo, dice;ellos son los modelos a seguir que mayor influencia tienen sobre sus respectivos hijos.

El besarse delante de los propios hijos da “un bello testimonio”, les dijo el papa a los padres y madres de familia el mes de junio de 2015. Los hijos observan con cuidado a sus propios padres y “cuando ven que papá y mamá se aman, pueden crecer en ese clima de amor, felicidad y seguridad”.

El papa les ha dicho a los jóvenes que salgan, que descubran el mundo y que “construyan todo juntos, que hagan todo con amor, que todo es posible y que la fe es un evento que siempre debe proclamarse”.

Hablen ustedes con su mejor amigo, que es Jesús, todos los días, les dijo a niños y niñas el mes de diciembre del 2014, y sean ustedes “apóstoles de paz y serenidad” en la casa y en la escuela.

“Recuérdenles ustedes a sus padres, hermanos y hermanas, también como compañeros y compañeras que es bello amarse unos a otros y que los malos entendidos pueden superarse pues cuando estamos unidos a Jesús todo es posible”, dijo.

En una plática que les dirigió a los abuelos y abuelas, el papa dijo que las familias y los niños necesitan sus oraciones, su sabiduría y regalos para darles ánimo, esperanza y fe que con frecuencia faltan en el mundo frenético de hoy en día.

Las llaves para obtener la fuerza necesaria e inspiración son: la lectura del Evangelio, la oración, la confesión, la comunión y las obras de misericordia con los pobres, dijo en el mes de mayo del 2015.

“Imagínense ustedes cuánto cambiaría nuestro mundo si cada uno de nosotros empezáramos aquí mismo y ahora a tener cuidado serio de nosotros mismos y generosamente a cuidar nuestras relaciones con Dios y nuestro prójimo” les dijo el papa a los empleados del Vaticano y a su respectiva familia antes de Navidad, el año pasado.—CNS