Adviento es un tiempo para que las personas piensen sobre qué pueden cambiar en sí mismas para poder sembrar las semillas de la paz, la justicia y la fraternidad en sus vidas cotidianas, dijo el papa Francisco.
La temporada de adviento es un llamado a la conversión personal, “a reconocer humildemente nuestros errores, nuestras infidelidades, incumplimientos” de nuestro deber, dijo el 9 de diciembre antes de rezar el Ángelus con los visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro.
“Pensemos, cada uno de nosotros: ¿Cómo puedo cambiar algo de mi actitud para preparar el camino al Señor?”, dijo el papa.
Preparar el camino conlleva allanar “sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas”, dijo el papa citando la lectura del Evangelio del día según San Lucas.
El pontífice dijo que consideraran los valles como el resultado de la indiferencia y la frialdad de corazón. Explicó que llenarlos requiere alcanzar a los demás, como lo hizo Jesús, con tibieza y cuidado atento y preocupación por sus necesidades. Las colinas que necesitan ser niveladas, dijo, son los obstáculos amargos y ásperos del orgullo y la arrogancia.
Lo que se necesita aquí es la reconciliación y pedir perdón por los errores de uno, dijo.—CNS