Estudio Bíblico en Parroquia del Bronx Refleja Domingo de la ‘Palabra de Dios’

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El pasado domingo fue el primer “Domingo de la Palabra de Dios”, según declarado por el papa Francisco el pasado septiembre. Cada año, el tercer domingo del tiempo ordinario será reconocido como tal: para la “celebración, estudio y diseminación” de la Palabra de Dios.

Tal como el papa lo explicó en su carta apostólica “Aperuit Illis”, un día “dedicado a la Biblia no debe ser visto como un acontecimiento anual, sino más bien como un evento de todo el año, porque necesitamos urgentemente crecer en nuestro conocimiento y amor por las Escrituras y por el Señor resucitado”.

En la parroquia de San Benito en el Bronx, el padre Stephen Norton, párroco, está orgulloso y agradecido por las obras dedicadas de las dos coordinadoras del Programa Estudio Bíblico de la parroquia, el cual él señaló está de acuerdo con la declaración del papa.

Las dos coordinadoras son Isabelle Welch y Carmen Mejía. Ellas llevan ocho años dirigiendo las clases semanales. Ambas se capacitaron a través de programas arquidiocesanos.

“Es importante porque abre las Escrituras para la gente”, dijo el padre Norton acerca del Programa Estudio Bíblico en una entrevista telefónica que dio a Catholic New York el 23 de enero. “Les ayuda a comprender el amor de la Palabra de Dios y a apreciar la Palabra de Dios, para que cuando vengan a la misa dominical sean más capaces de apreciar las parábolas y las historias tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento a través del estudio semanal”.

El padre Norton explicó: “Estoy usando el Evangelio de este domingo —haciendo pescadores de hombres— al recordar la declaración del Santo Padre. Si no es aplicable a los sacerdotes, entonces no es aplicable a nadie. ¿Si no nos mantenemos en la Palabra de Dios para poder predicar, cómo va a poder el pueblo enamorarse de la Palabra de Dios? Este llamado del Santo Padre debe ser escuchado por los sacerdotes de cada parroquia en cada misa dominical”.

En cuanto a las dos instructoras de Estudio Bíblico, la Sra. Welch y la Sra. Mejía, el padre Norton afirmó: “Tenemos dos maravillosas mujeres laicas que hacen un trabajo increíble. Yo trato de visitar el programa tanto como me es posible. Pero estoy seguro de estas dos buenas y capaces laicas que han estudiado, que se han preparado y que tienen un programa realmente bueno. Ambas tenían el deseo de estudiar la Biblia, de la Palabra de Dios, y se fueron por ese camino. Han estado trabajando realmente duro en esto... Isabelle también trabaja con nuestro programa RCIA”.

El párroco dijo que las reuniones se llevan a cabo todos los martes de 7:30 a 9 p.m., a menudo precedidas por una reunión con café y rosquillas. Cada año el curso se extiende desde principios de octubre hasta más o menos finales de mayo. “Las lecciones se complementan una a otra; tenemos de 15 a 20 personas cada año, y algunas son repeticiones”, dijo el padre Norton, quien ha servido como párroco de San Benito durante 10 años. Las reuniones a veces incluyen charlas del párroco y de sacerdotes visitantes.

El padre Norton dijo que el material del programa se presenta bajo las pautas arquidiocesanas y su previa aprobación, por lo general cada año con un enfoque en un libro particular de la Santa Biblia.

La Sra. Welch dijo a CNY que ella y la Sra. Mejía creen firmemente en la importancia de que los participantes del programa conozcan y entiendan la Biblia. Ella dijo que es importante que los participantes se sientan cómodos en las clases y que se sientan bienvenidos, “para que puedan compartir sus pensamientos y sentimientos, y puedan hacer preguntas”.

Acerca del papa estableciendo “El Domingo de la Palabra de Dios”, dijo, “Creo que es un hermoso mensaje. Debemos intensificar nuestro camino al Señor”.

Recordando su decisión inicial de convertirse en instructora de Estudio Bíblico parroquial, la Sra. Welch dijo: “Sentí un llamado muy fuerte para conocer más a Jesús, y la mejor manera de hacerlo es estudiar la Palabra”.

La declaración del papa Francisco de tener un “Domingo de la Palabra de Dios” se hizo “motu proprio”, por iniciativa del propio papa. Su título, “Aperuit Illis”, se basa en un versículo del Evangelio de San Lucas: “Entonces Él abrió sus mentes para que entendieran las Escrituras”.