Jesuita Asesinado en Perú Considerado ‘Ejemplar

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Un sacerdote jesuita español fue sepultado el 12 de agosto en Chiriaco, en el Vicariato Apostólico de Jaén en la región amazónica norte de Perú después de ser asesinado en la escuela donde también vivía. Los dolientes cargaron el ataúd de padre Carlos Riudavets por las calles de Chiriaco y llenaron la simple iglesia de la pequeña comunidad para la Misa fúnebre.

Una cocinera encontró el cuerpo del padre Riudavets el 10 de agosto en la residencia en la propiedad de la escuela Valentín Salegui, que es parte de la red escolar Fe y Alegría de los jesuitas. El sacerdote de 73 años de edad había sido atado y el cuerpo mostraba señales de violencia, según un comunicado de la comunidad jesuita de Perú.

Padre Riudavets, originario de Sanlúcar de Guadiana, en la provincia Huelva de España, había trabajado en la zona amazónica de Perú desde 1980 sirviendo como maestro y luego como director de la escuela. Aunque estaba jubilado, él continuó viviendo y ayudando allí.

La escuela, ubicada en la comunidad Yamakai-Entsa, le sirve unos 270 estudiantes índígenas awajún y wampis de varias aldeas a lo largo de cinco ríos de la región. Al momento del asesinato no habían estudiantes allí porque la escuela estaba cerrada por vacaciones de mediados de año.

El sacerdote “fue un hombre que siempre tuvo sus pies en la tierra”, dijo a Catholic News Service el obispo Alfredo Vizcarra Mori de Jaén. “Mucha gente lo consideraba como un padre porque él había trabajado con tantas generaciones”.

La prensa peruana informó que la policía quería interrogar a un exestudiante que había sido expulsado de la escuela, pero el obispo dijo que las circunstancias del asesinato todavía no estaban claras y la comunidad jesuita estaba esperando los resultados de la investigación policiaca.

“Quisiéramos reiterar nuestro compromiso con edificar paz, justicia y reconciliación como la misión de la Compañía de Jesús”, decía un comunicado de los jesuitas.—CNS