Misa de la Virgen de la Providencia Ayuda A Calmar Divisiones de Las Elecciones

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Nuestra Señora de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico, tiene un lugar de prominencia en los corazones de los devotos católicos puertorriqueños.

Un estimado de 400 fieles se reunieron en la Catedral de San Patricio el 20 de noviembre para una misa dedicada a la fiesta de Nuestra Señora de la Divina Providencia.

La liturgia de las 4 p.m. celebrada durante el horario regular de la misa en español, marcó el trigésimo quinto aniversario de la conmemoración en la catedral en honor a la Santísima Virgen bajo el título de Nuestra Señora de la Divina Providencia.

Los sonidos folklóricos puertorriqueños de bomba y plena resonaron por toda la vasta catedral como telón de fondo en una atmósfera energética y animada. Durante varias partes de la misa, muchos agitaron banderas puertorriqueñas entusiasmadamente desde sus bancas.

El padre Eric Cruz, párroco de la parroquia de San Juan Crisóstomo en el Bronx y coordinador regional de Caridades Católicas de la arquidiócesis, sirvió como celebrante principal y homilista. Él dijo a los reunidos en el lugar que la “histeria”, reacciones a nivel nacional a las elecciones presidenciales, es el resultado de que las personas pongan su fe únicamente en la humanidad.

“Las personas que sienten que estamos en nuestros últimos días porque un nuevo presidente ha sido elegido están en estado de pánico e histeria porque han perdido su camino y han puesto demasiada fe en el hombre como salvador, en lugar de Cristo.

“Hay un solo salvador, un mesías y es Jesucristo”, él dijo. “Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y para su pueblo”.

Puerto Rico ha estado sufriendo una difícil situación económica. Como se informó a principios de este año, la isla ha incurrido en una deuda de $70 mil millones de dólares, la cual ha afectado los servicios para sus residentes, incluyendo la atención de salud y la educación. El padre Cruz sigue fiel y esta esperanzado ante una solución.

“Si quieres un cambio, este empieza desde adentro y contigo mismo”, él dijo. “¿Por qué esperar hasta el 2020? Padres, ¿qué están haciendo por sus familias? Hijos, ¿qué están haciendo en la escuela? Acepten y sométanse a sí mismos como un instrumento de Dios”.

Originario de Nueva York pero de ascendencia puertorriqueña, el padre Cruz compartió con los presentes acerca de cómo fue criado en una casa que tenía una profunda devoción a la Santísima Madre. El recordó que cuando estaba creciendo, su madre solía pedir por la intercesión de María, incluso cuando el recibió su llamado para convertirse en sacerdote.

La devoción a la Santísima Virgen bajo el título de Nuestra Señora de la Divina Providencia, él dijo, demuestra una participación activa en la evangelización y aceptación del llamado de Dios, tal como lo hizo María de joven cuando el arcángel la visitó. “Esta evangelización la debemos proclamar: La Santísima Virgen hizo posible que la palabra se hiciese carne, de tal forma que podamos ver a nuestro Señor, Instrumento de Paz”.

La misa fue patrocinada por el Comité Arquidiocesano de Nuestra Señora de la Divina Providencia y la Oficina del Ministerio Hispano.

Entre los muchos voluntarios de la misa estuvieron Miguel Báez y Daniel Morel, quienes participaron en la procesión del ofertorio. Ambos nacidos en Puerto Rico y que ahora pertenecen a la parroquia de San Martin de Tours en el Bronx.

“Como Boricua, quiero lo mejor para nosotros y también como estadounidense quiero lo mejor para nuestro país”, dijo Morel. “Me gustaría ver un fin a la animosidad en la política, porque el único partido al que pertenecemos es el de Jesucristo. Si ponemos nuestra confianza en Cristo y ponemos nuestras vidas en sus manos, estaremos en buenas manos.

“Jesús vino a unir y no a separar”, agregó Morel. “Necesitamos orar por (el presidente electo) Donald Trump para que Dios lo bendiga con la sabiduría para poner a nuestro país en una buena situación”.

Aunque la fiesta de Nuestra Señora de la Divina Providencia es en realidad el 19 de noviembre, esta se acostumbra a celebrar el tercer domingo de noviembre.

Al concluir la liturgia, una estatua de Nuestra Señora de la Divina Providencia, la cual había sido puesta en los escalones del altar, fue llevada en una caravana en procesión a la parroquia de Santa Lucia en el Bronx.