Parroquia del Bronx Yendo de Puerta En Puerta por la Fe Católica

Posted

Abran paso testigos de Jehová y mormones. Les llego la competencia, por lo menos en un barrio del Bronx.

Durante octubre y noviembre, un grupo de feligreses de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio en la calle East 196 han estado yendo de puerta en puerta en los edificios de los apartamentos y casas en la sección de Fordham-Bedford del Bronx invitando a sus vecinos a la misa dominical.

Se trata de un proyecto en el que se ha venido trabajando hace mucho tiempo, explicó el obispo auxiliar Juan Jenik, el párroco de toda la vida de Nuestra Señora del Refugio. Pero él dijo que la reciente visita del Papa Francisco fue lo que sirvió de ánimo para empezar con el proyecto.

“Hemos estado pensando en esto durante dos años y luego fue algo así como un impulso cuando vino el Papa. Entonces todo el mundo quería hacerlo”, dijo a CNY en una reciente fresca mañana del sabado, mientras que los misioneros del barrio se preparaban para su salida a “llevar el amor de Dios” a sus vecinos, tal como lo dijo uno de ellos.

“Yo sólo contemplaba (la idea) con ellos hasta que dije: ‘Tienen que hacerlo’”, explicó el obispo Jenik. “Yo dije, ustedes tienen que hacerlo por su cuenta, y ellos lo han hecho. Les sugerí que consiguieran camisas. Salgan en camisetas con el nombre de la iglesia y eso es exactamente lo que están haciendo. Ellos pusieron todo en marcha. Hicieron las tarjetas que los identifican. En lo absoluto ellos no han tenido ninguna duda o temor al respecto. Y ellos obtienen un gran saludo cuando encuentran católicos al otro lado de la puerta”.

El equipo evangelizador compuesto de 40 hombres y mujeres se ha dividido las calles el barrio que rodean inmediatamente a la parroquia (ellos tienen cuidado de no entrar al territorio de otras parroquias católicas vecinas). Este sábado en particular ellos estaban cubriendo Briggs Avenue desde la calle 194 hasta la calle 198. Tal como los originales 12 apóstoles, ellos van en grupos de a dos, cada uno vestido con la camiseta azul claro que ellos mismos diseñaron con una imagen en la parte posterior que representa a Jesús llamando a una puerta típica de un apartamento de Nueva York. Todo lo que traen consigo es una pequeña tarjeta de presentación como de negocios con la dirección de Nuestra Señora del Refugio, y el famoso pasaje de Juan 3:16 en un lado de la tarjeta, y al otro lado el horario de misas de la parroquia; además de un boletín parroquial. Otros feligreses, aquellos que no pueden subir las escaleras en los edificios de apartamentos más grandes, se quedan en la capilla de la parroquia y rezan por el éxito de la misión.

Antes de salir de Nuestra Señora del Refugio para hacer sus rondas, los misioneros del barrio se reúnen en círculo para la oración, pidiendo la bendición y la protección del Señor al comenzar con el trabajo que Él les ha dado por hacer. Después de la oración ellos salen juntos de la iglesia pero pronto se dividen en equipos para cubrir diferentes edificios y lados de la calle. Hay ciertos edificios que están fuera de sus límites o considerados peligrosos. Entrar a algunos de los edificios puede presentar varios obstáculos. Un reportero y fotógrafo de Catholic New York viajó con uno de los equipos.

En el primer edificio que el grupo visitó fue imposible obtener acceso. Así que ellos fueron al siguiente edificio ubicado en el número 2821 de la avenida Briggs. Allí, después de tocar varios timbres ellos pudieron entrar. En algún lugar en el edificio alguien estaba haciendo el almuerzo. El fragante aroma que resulta de cocinar un pollo impregnaba el aire. Las escaleras estaban oscuras, muy transitadas, pero relativamente limpias. El grupo subió por las las escaleras y en cada apartamento llamó a la puerta. Algunos residentes no estaban o se negaron a responder. En otros apartamentos los residentes hablaron por detrás de la puerta cerrada, algunos de ellos pidiendo a los evangelistas deslizar sus boletines y tarjetas por debajo de la puerta. En otro apartamento una residente habló a través de la puerta diciendo a los evangelizadores que ella era una “cristiana” y que por lo tanto no le interesa la invitación.

Sin embargo algunas puertas se abrieron, aunque haya sido sólo por unos breves momentos. En un apartamento que parecía prometedor porque tenía la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en la puerta, un hombre abrió un poco la puerta pero dijo en español que no podía abrirla completamente pues no se encontraba vestido. Desnudo, por lo menos de la cintura para arriba, el hombre dio las gracias a los evangelizadores y tomó un boletín. En otras puertas mujeres con niños contestaron, intercambiaron algunos cumplidos, y recibieron los boletines. Donde la gente no contestó o no estaba en casa los evangelizadores deslizaron los boletines por debajo de la puerta o los dejaron en la manija de la misma.

“Si no responden a la puerta les dejamos los volantes”, explicó Josefina Edwards, una feligrés de 35 años. “Y al día siguiente ellos me dicen vine porque me dejaron este volante. Para mí esto una buena experiencia. Y estoy feliz de ser parte de ello”.

Cuando el equipo salió de ese edificio, otro miembro del equipo les dijo que habían hablado con el superintendente del edificio anterior y que al grupo se le había permitido entrar. El grupo entonces regreso y comenzó con el proceso nuevamente, de puerta en puerta.

“A veces la gente no quiere abrir la puerta porque piensan que somos de los Testigos de Jehová”, reconoció el feligrés Angelyn Núñez con una risa contenida. “Tenemos que decir: “No, somos de la iglesia católica”, y cuando escuchan esa palabra entonces nos abren la puerta”. Si la persona al otro lado de la puerta no está interesada o es algo hostil, dijo la señora Núñez “Nos limitamos a decir, OK, gracias, Dios le bendiga. Eso es todo”.

“No discutimos”, añadió José Núñez, otro miembro del equipo, no relacionado con la Sra. Núñez. “Tal como dice el evangelio, sacúdanse el polvo de sus pies y sigan adelante. Es sólo una invitación. Lo que básicamente hacemos es invitar a la gente y mostrarles el amor de Dios que tiene para ellos. Les decimos, escuchen, tenemos una parroquia en el barrio sólo queremos invitarles a que vengan”.

La Sra. Núñez dijo que a veces las personas se sorprenden al descubrir que hay una iglesia católica tan cerca. Nuestra Señora del Refugio es un edificio de ladrillo de color beige de baja altura que se encuentra en medio de la cuadra. La escuela vecina es en realidad más prominente que los otros edificios en el barrio. Es fácil no ver a la iglesia si no se sabe que el edificio está allí.

¿Y ha funcionado?

“¡Sí!”, exclamó el obispo Jenik quien piensa que este modelo podría funcionar en otras parroquias. “Estamos viendo gente. No sabemos cuántos, pero estamos viendo nuevas personas viniendo a la iglesia”.

Y él no se disculpa en nombre de su parroquia por llevarla a lo que tradicionalmente se ha percibido como un dominio protestante. Hay varias iglesias protestantes en el barrio de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio.

“Mire a los testigos de Jehová y esas otras iglesias pentecostales, nosotros deberíamos estar haciendo lo mismo”, él dijo.