V Encuentro Arquidiócesis de Nueva York

Proceso del V Encuentro una Bendición Para la Parroquia de la Anunciación

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Durante su adolescencia y en sus tempranos 20 años, Darío García, ahora de 50, estuvo luchando con serios desafíos personales, incluyendo una adicción al alcohol. Hoy, García está agradecido con el Señor, la Iglesia y su esposa por su rehabilitación y un viaje espiritual que le cambió la vida y que comenzó a los 24 años.

“Yo empecé a tener experiencias espirituales, y me di cuenta cada vez más de la importancia de servir a los demás, de servir a la Iglesia”, dijo García, un feligrés de la parroquia de la Anunciación en Harlem, que trabaja como custodio de la parroquia.

“Mi vida cambió y mi matrimonio se restauró”, él dijo en una entrevista a CNY este mes. García dijo haber comenzado a buscar maneras de participar en asuntos de fe.

Cuando García tenía 24 años, el asistió a un retiro espiritual de hombres carismáticos en el Bronx. Esa reunión le dio un vuelco positivo a su vida, con la ayuda del Señor y su amada esposa, Dora. Él dijo haber venido de una familia que no practicaba mucho la fe mientras que su esposa venía de un devoto hogar católico. García es de México y su esposa es de El Salvador. Ellos tienen la misma edad y se casaron cuando tenían 19 años.

Los García tienen dos hijos, ambos en sus 20 años y seis nietos. Ellos y otros feligreses de la Anunciación participaron en las reuniones del V Encuentro de la parroquia el año pasado, en preparación para el Encuentro arquidiocesano de un día de duración que se celebró el 24 de febrero en el Mount St. Vincent College en el Bronx.

García y otros dicen que los preparativos para V Encuentro fueron buenos para la parroquia de la Anunciación, ayudando a formar un ministerio hispano más fuerte, incluyendo el desarrollo del liderazgo y ayudando a los católicos latinos con problemas familiares y de lenguaje, y aliviando las luchas sociales como la discriminación y las políticas de inmigración injustas.

“Con la Iglesia, nos sentimos acompañados y protegidos, nos sentimos bendecidos”, dijo García sobre la misión del V Encuentro. “Nos sentimos bienvenidos y acogidlos; se nos enseña sobre el amor de Dios, y de que no debemos tener miedo. La Iglesia está con nosotros en todo momento, siempre lista para escucharnos. El clero y los ministros laicos están ahí para ayudarnos. La Iglesia nos da guía y proporciona un buen camino. Es una gran bendición”.

El padre José Clavero, Sch.P., vicario parroquial de la Anunciación, dijo que el proceso de V Encuentro ha reunido a los feligreses para la misión común de encontrar maneras de servir mejor a la comunidad latina, como por ejemplo referir personas a clases de inglés y capacitación laboral, y para aumentar la participación entre jóvenes y adultos jóvenes en la Iglesia.

“Hemos recibido mucha gente aquí, a todas horas”, explicó el padre Clavero, que nació en España. “Tratamos de hacer de la Iglesia un segundo hogar para las personas. Tratamos de ayudar lo mejor que podemos, especialmente con problemas de inmigración”. El padre Clavero dijo que la parroquia de 500 familias tiene en su mayoría miembros hispanos, principalmente de la República Dominicana, México y Ecuador.

Félix Moreno, de 75 años, también participó en las reuniones del Encuentro de la Anunciación. Él dijo que ha dependido en gran medida de su fe católica y su confianza en Dios para ayudarlo a manejar significativos problemas de salud a lo largo de varios años. Su madre murió cuando él era muy pequeño.

“Cuando era niño, mis abuelos por parte de mi padre y del lado de la familia de mi madre, me enseñaron mucho acerca de la Iglesia y de nuestra fe”, señaló Moreno, un trabajador jubilado de un hotel.

“Y doy gracias a Dios por ellos; cada día de mi vida me siento más y más dedicado a la causa de Cristo”.

El añadió: “Sé que mi misión es ser la luz de Cristo en todas las circunstancias y en todos los entornos. Esto puede ser un desafío, de eso estoy seguro, pero bien vale la pena. Lo importante es esforzarse, intentarlo, y el Señor se encargará del resto. Moreno dijo haberse involucrado aún más con la Iglesia después de asistir a una reunión de Cursillo en Brooklyn cuando tenía 27 años.

Moreno y su esposa, Ofelia, son de la República Dominicana. Tienen tres hijos y cinco nietos. “La Iglesia siempre está ahí para ayudar a la comunidad latina”, dijo Moreno. “Hay retiros para el crecimiento espiritual, y hay programas de servicio social; es un refugio. La Iglesia no tiene fronteras”.