Somos Llamados al Discipulado Misionero — Cultura del Encuentro

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En años pasados, el Papa Francisco ha llamado a todos los católicos a convertirse en “Discípulos Misioneros”. Este término ciertamente no es una idea nueva. A lo largo de mi marcha en el proceso del V Encuentro surgió el término “discípulos misioneros”. Muchos de nuestros católicos no pudieron entender exactamente qué todo esto significa y cómo evangelizar en sus comunidades parroquiales.

La mejor manera en que he podido explicar la importancia del V Encuentro, que comienza un nuevo camino de evangelización como alegres discípulos misioneros, está en una carta escrita por nuestro anterior representante episcopal de la Región II, el Obispo Nelson Pérez de la Diócesis de Cleveland. El Obispo Pérez reflexiona sobre la lectura del Evangelio de la Parábola del Grano de Mostaza (Marcos 4:26:34), “En esta lectura, la forma en que Jesús enseñó fue muy diferente de lo que la gente ya creía de ese tiempo. Jesús enseñó con parábolas usando individuos y situaciones comunes y cotidianas para enseñar experiencias que pueden haber sido difíciles de entender,” escribió el Obispo.

Hoy en día, la frase que usualmente utilizamos para describir el grano de mostaza es: tenemos que comenzar en algún lado, o las cosas buenas vienen en paquetes pequeños. Sí, todos hemos escuchado estos frases y con razón. Un solo grano de mostaza es un artículo pequeño y de hecho se necesita mucha fe para imaginarlo creciendo mucho más grande en una mata o árbol. Lo mejor de todo es que el grano de mostaza se asemeja a nuestra fe y no está destinada a ser oculta o de tamaño insuficiente.

Entonces, ¿qué es un discípulo misionero? Un discípulo misionero es un seguidor de Jesucristo que sale al mundo a sembrar y evangelizar las Buenas Nuevas de Jesucristo a los demás. Lo más importante es tener conocimiento de tu misión y que la compartas con los demás.  La parábola del grano de mostaza es un ejemplo de ser discípulo misionero. Si todos los católicos sembramos la semilla, la nutrimos regularmente mediante la oración, recibimos los sacramentos y meditamos en la Palabra de Dios, la semilla se enraizará y crecerá, impactando no solo nuestras propias vidas, sino también las de los demás, ahora y en el futuro. ¿No es esto la misión del V Encuentro? ¿Sembrando semillas como alegres discípulos misioneros, representándonos como evangelizadores del Evangelio y guiando a nuestros compañeros católicos a través del espíritu de conversión?

Los miembros del equipo regional y diocesano del Estado de Nueva York han comenzado a sembrar esas semillas a nivel parroquial, diocesano, y regional, permitiendo a nuestros católicos entrar en una relación más profunda con Jesús y María y dar la bienvenida a aquellos que se han alejado de la vida parroquial para que puedan regresar a su casa – la Iglesia Católica. Estas mismas semillas se están sembrando para el V Encuentro Nacional que tendrá lugar del 20 al 23 de septiembre en Grapevine, Texas.

Una delegación de la Arquidiócesis de Nueva York ha sido designada para viajar al Encuentro Nacional con dos obispos diocesanos para discutir las 28 áreas ministeriales estratégicas propuestas por nuestros obispos, el clero, los directores y feligreses del Estado de Nueva York desde el Encuentro Regional en Albany este pasado junio. El proceso está en camino de completarse en el V Encuentro Nacional, pero la misión continuará con la implementación de un nuevo plan para el Ministerio Hispano.

El V Encuentro está en camino para lograr un cambio positivo en la Iglesia. El proceso ha bendecido a miles de católicos de las 14 regiones de los Estados Unidos, y ha producido una nueva esperanza, visión, y acción para nuestros católicos. Permanezcamos sembrando el grano de mostaza porque la cosecha que cosechamos a través del V Encuentro Nacional enriquecerá profusas vidas. 


Sitio de Web: https://vencuentro.org/national-encuentro