Misa de San Martín de Porres Honra al Patrono de la Justicia Social

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En la misa anual en honor a San Martín de Porres se animó a los miembros de la congregación a rezar “con fe y esperanza” por la intercesión del santo peruano, patrono de la justicia social y la hermandad universal.

La misa se ofreció el 25 de julio en la Catedral de San Patricio. El padre Lorenzo Ato, quien nació en Perú, fue el celebrante principal. El padre se desempeña como director de comunicaciones de la Oficina Arquidiocesana del Ministerio Hispano y párroco de la iglesia del Sagrado Corazón en Manhattan.

El padre Ato animó a rezar por el bienestar espiritual, social y económico del pueblo peruano, y señaló cómo la pandemia de COVID-19 ha empeorado las condiciones en el país sudamericano.

El padre agrego que, a pesar de sus luchas, “el pueblo del Perú mira al futuro con esperanza”. Él también dijo que los peruanos anhelan que su país tenga “más justicia y solidaridad, una sociedad más democrática, más inclusiva y tolerante, y en donde no haya discriminación de ningún tipo”.

Al señalar el cambio que se viene en el liderazgo gubernamental en el Perú, el padre Ato hizo hincapié en mejorar los servicios de salud y las oportunidades educativas, y combatir la corrupción.

La misa en honor a San Martín de Porres, a la cual asistieron unas 900 personas, se combinó con una conmemoración del bicentenario de la independencia del Perú del reino español el 28 de julio de 1821. Varios diplomáticos peruanos con sede en Nueva York participaron en la liturgia, incluyendo a María Susana Landaveri Porturas, cónsul general.

La Sra. Landaveri expresó sus comentarios finales de agradecimiento a los reunidos y al padre Ato. “Gracias padre por sus palabras que son tan importantes para esta comunidad... Que viva el Perú”, ella dijo.

Entre aquellos concelebrando la misa estuvo monseñor Robert Ritchie, rector de la catedral, quien leyó una carta de apoyo y felicitaciones del cardenal Dolan.

Jonatan Valencia, de 39 años, estuvo entre los fieles presentes en la misa. Originario de Lima, Perú, Valencia estaba en Nueva York visitando a familiares y amigos.

“Mis padres me inculcaron la fe católica y todavía la practico. Encuentro alegría al participar en la misa”, él dijo.

Nacido fuera del matrimonio en Lima el 9 de diciembre de 1579, San Martín de Porres era un hermano laico de la Orden Dominicana. Su padre era un noble español (Don Juan de Porres) y su madre (Ana Velázquez) era una esclava liberada de Panamá de ascendencia africana y posiblemente nativa. Tras el nacimiento de la hermana de Martín, Juana de Porres, el padre abandonó a la familia. Cuando era adolescente, San Martín ingresó al Convento de los Dominicos del Rosario en Lima, donde fue recibido como sirviente y luego fue ascendido a la oficina de la iglesia a cargo de distribuir limosnas a los pobres.

En el convento, San Martín retomó sus antiguos oficios de peluquería y cuidado de los enfermos. También trabajo en la cocina, lavo la ropa e hizo la limpieza. Años después, el prior Juan de Lorenzana le permitió tomar sus votos como miembro de la Tercera Orden de Santo Domingo, ignorando una ley que restringía a Martín por motivos de su raza. A los 24 años, San Martín profesó sus votos y se convirtió en hermano laico dominicano.

Diez años más tarde, tras recibir el hábito religioso, San Martín fue destinado a la enfermería donde permanecería a cargo hasta su muerte. San Martín se hizo conocido por cuidar pacientemente a los enfermos, incluso en las circunstancias más difíciles. Fundó un orfanato para niños abandonados y esclavos. San Martín murió enfermo el 3 de noviembre de 1639, a los 59 años.

San Martín de Porres fue beatificado en 1837 por el papa Gregorio XVI. Fue canonizado en 1962 por San Juan XXIII. También es el santo patrono de los mestizos, de aquellos que atiendes hoteles y posadas, barberos y trabajadores de la salud pública. Su fiesta se celebra el 3 de noviembre.