Misa por la Paz en Venezuela Cita Ejemplo de Médico Beatificado

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En una misa por la paz en Venezuela, el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo de Venezuela dijo que “en el corazón del Señor podemos encontrar una actitud positiva que nos llama a esa conversión permanente”.

La misa en español del 24 de abril presentó una reliquia del beato José Gregorio Hernández, un médico venezolano que murió en 1919 a los 54 años. La reliquia estuvo disponible para ser venerada.

El padre Enrique Salvo, rector de la catedral, dio las primeras palabras de bienvenida, agradeciendo al cardenal Porras Cardozo y a todos los presentes, señalando: “Estaremos orando por la paz en Venezuela, en este día de la Divina Misericordia”.

La misa, a la cual asistieron unas 1.200 personas, también se ofreció por la canonización del beato José Gregorio Hernández. La reliquia de primer grado, que consta de fragmentos de los huesos de sus manos, estaba contenida en un relicario. 

Concelebrantes en la misa de las 2 de la tarde incluyeron al padre Lorenzo Ato, director de comunicaciones del Ministerio Hispano arquidiocesano, y al padre Brian McWeeney, director arquidiocesano de Apostolados Étnicos. También sirvieron como concelebrantes dos sacerdotes que formaban parte de la delegación del cardenal Porras Cardozo, el padre Alejandro Keri y el padre Gerardino Barrancini.

En palabras de bienvenida, el cardenal Porras Cardozo, quien es arzobispo de Mérida, Venezuela, dijo: “Estamos unidos aquí en este momento de oración, en este segundo domingo de Pascua, en este domingo de la Divina Misericordia; y también con la reliquia de nuestro beato José Gregorio Hernández, que intercede por las intenciones de todos los aquí presentes”.

Durante su homilía, el cardenal Porras Cardozo habló de las atrocidades de las guerras, especialmente en relación con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y de cómo la Iglesia ha denunciado estos “absurdos” actos. El cardenal señaló la importancia de la “auténtica solidaridad”.

El cardenal, citando al papa Francisco, habló de la importancia de la oración de los fieles a través de “expresiones de comunión” y de convertirse en protagonistas en la búsqueda de la fraternidad. “Este es uno de los mensajes principales, mensajes esenciales en la vida del beato José Gregorio Hernández”, dijo.

El cardenal también señaló que las devociones a los beatos y santos pueden “despertar inquietudes y otras cosas”, inquietudes y preocupaciones que nos llevan a darnos cuenta del significado de “la paz, la misericordia y la reconciliación”.

 

Podemos aprender de las enseñanzas de Cristo, el señaló, la importancia de no repetir los pecados del pasado o de buscar hacer las buenas obras que pudimos haber hecho en el pasado. “Encuentren esa capacidad en el Señor”, instó el cardenal Porras Cardozo, resaltando la necesidad de orar por la paz en Venezuela y otros países que experimentan disturbios.

Él también les dijo a los fieles que buscaran tener el tipo de “fe que mueve montañas, fe que se construye con el aprendizaje; en aprender sobre la vida, pero también en aprender sobre los valores que mueven nuestra existencia.”

El cardenal agrego que el beato José Gregorio Hernández fue un hombre “de luz y de fe, y un constructor de la paz…La paz no se encuentra, se construye. El pasado puede ser oscuro, pero en el corazón del Señor podemos encontrar una actitud positiva que nos llame a esa conversión permanente, y ese despertar de esperanza en nosotros”.

Hacia el final de la misa, el padre Keri, al hablar de la reliquia de primer grado, señaló que también estaba expuesta una reliquia de segundo grado del beato José Gregorio Hernández: un trozo de tela que el año pasado estuvo en contacto con una reliquia de primer grado del beato. El padre Keri señaló que las reliquias se veneran en oración “por los que están enfermos y por los que piden libertad espiritual”.

El beato José Gregorio Hernández fue un médico venezolano que atendió a pacientes durante la pandemia de gripe española y fue uno de los primeros en introducir microscopios en los hospitales de su nación. Fue beatificado el 30 de abril de 2021 en una austera ceremonia celebrada en Caracas, ciudad donde pasó gran parte de su vida atendiendo a los enfermos.

Fue miembro fundador de la academia de medicina de Venezuela. Junto con sus colegas, resistió los planes de un dictador de cerrar una universidad en Venezuela a principios del siglo XX, mientras introducía el estudio de la anatomía patológica.

El beato José Gregorio Hernández era más conocido por ser un médico amable que se negaba a cobrar a sus pacientes más pobres por sus servicios y atendía a personas de todos los ámbitos de la vida. Murió en 1919 después de ser atropellado por un automóvil cuando se dirigía a llevarle medicamentos gratuitos a un anciano paciente.