El Venerable Obispo Alphonse Gallegos, Conocido Como ‘El Obispo de los Barrios’, También Sirvió en Suffern

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El obispo Alphonse Gallegos, O.A.R., que celebró misa en la parroquia del Sagrado Corazón en Suffern y después sirvió como obispo auxiliar en la diócesis de Sacramento, California, sufrió de una severa y deficiente visión toda su vida. Sin embargo, el mostró una misión clara y cristalina como pastor del Señor, especialmente entre las comunidades hispanas pobres y de bajos recursos en el estado de California.

El llego a ser conocido como el “obispo de los barrios”.

El 6 de octubre marcó el 29 aniversario de su trágica muerte a los 60 años en un accidente en la autopista 99 cerca de la Ciudad de Yuba, California. Su causa de canonización se inició en diciembre de 2005. El papa Francisco lo declaró venerable en 2016. En su declaración, el papa Francisco reconoció las virtudes heroicas del obispo Gallegos, citando su trabajo con los marginados y el apoyo a los miembros de los clubes de autos modificados de California, también conocidos como lowriders.

El venerable obispo Gallegos, criado en Los Ángeles y de cuarta generación mexicano-americana, fue ordenado sacerdote en la Orden de los Agustinos Recoletos en mayo de 1958 después de terminar sus estudios seminaristas en el monasterio Tagaste en Suffern. Él fue nombrado obispo auxiliar de Sacramento en 1981. Sirvió en las arquidiócesis de Nueva York y Los Ángeles, y en la diócesis de Sacramento. Sus restos mortales descansan en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Sacramento.

Antes de estudiar en Tagaste, el obispo estudió en la Universidad de St. John en Queens y en el St. Thomas Aquinas College en Sparkill, de la cual más tarde recibiría un título honorario.

“Lo conocí cuando yo era estudiante aquí en Tagaste en la década de 1960. Lo tuve como director tanto en Kansas City (Kansas) y aquí en Suffern”, dijo el padre John Gruben, O.A.R., a Catholic New York en una entrevista telefónica la semana pasada. “Tuvimos un noviciado en Kansas City, Kansas, durante muchos años, y él fue nombrado maestro novato en ese lugar”.

El padre Gruben es ahora el prior en el monasterio de Tagaste y un vicario parroquial del Sagrado Corazón. Él padre dijo que, a mediados de la década de 1970, se reunió con el entonces padre Gallegos varias veces cuando ambos servían en parroquias en California.

El padre Gruben añadió que le parecía “emocionante” darse cuenta de que el papa Francisco había declaró venerable al obispo Gallegos.

“El obispo usaba lentes bastante gruesas; lo extraordinario fue lo activo que era siendo una persona con su discapacidad como la suya. Era un hombre especial”, señaló el padre Gruben. “Tenía una tremenda sonrisa que creo que era una verdadera proyección de su creencia interior en la fe. Estaba muy orientado a la comunidad y enseñaba en el seminario”.

Él también dijo que el obispo Gallegos, años después de su ordenación, fue asignado al monasterio de Tagaste. También sirvió en el área de Suffern, celebrando misa y escuchando confesiones en la parroquia del Sagrado Corazón, y sirviendo como capellán en el Hospital Good Samaritan a finales de la década de 1960 y principios de los setenta.

El padre Eliseo González, O.A.R., es vice postulador de la causa del obispo Alphonse Gallegos. “Yo no conocía personalmente al obispo Gallegos quien murió antes de que yo entrara en la vida religiosa”, dijo el padre González a CNY la semana pasada por correo electrónico desde Madrid, donde sirve en una parroquia y es concejal en la sede provincial de la orden.

“He llegado a conocer al obispo Gallegos al escuchar testimonios inspiradores de quienes lo conocían, describiendo la vida y las virtudes de este gran ser humano, mientras yo era notario de su causa”.

El padre González sirvió como vicario parroquial en la parroquia de St. John en Kingsbridge, el Bronx, de 2011 a 2013. Residió en Tagaste mientras estudiaba en la Universidad Seton Hall en South Orange, Nueva Jersey.

El padre González dijo que la santidad del obispo Gallegos “es importante para la Iglesia en los Estados Unidos, presentando a un pastor modelo que cuidó humilde y amorosamente a los fieles que se le habían confiado”.

“Su vida es de humildad, amor y alegría. Está muy en línea con las enseñanzas actuales del papa Francisco de salir a las periferias llevando el mensaje evangélico a todos los hijos de Dios. Fue capaz de ayudar a tantos jóvenes en el camino correcto”.

Marjorie Obrien, de 82 años, feligresa por mucho tiempo del Sagrado Corazón, ha realizado trabajo voluntario en Tagaste durante décadas. Ella y su familia conocían al obispo Gallegos cuando él era seminarista y más tarde sacerdote en el monasterio. “Era un amigo de la familia. Desde la primera vez que lo conocimos, era un hombre muy santo. Fue muy considerado con los demás, muy amable”, dijo a CNY en una entrevista telefónica la Sra. Obrien, quien fue testigo de la causa de santidad del obispo Gallegos.

“Tenía compasión por los demás. Era una persona que siempre rezaba por uno. El hombre era absolutamente increíble”.

El obispo Gallegos estaba especialmente preocupado por los jóvenes pobres y no catequizados, los trabajadores agrícolas migrantes y otras personas que carecían del apoyo de la comunidad. A menudo pasaba sus veranos viviendo con trabajadores agrícolas en la región del Valle Central de California.

Nacido en Albuquerque, Nuevo México, el obispo Gallegos creció como octavo de 11 hijos en el área de Watts de Los Ángeles. Se desempeñó como pastor de las parroquias de San Miguel y Cristo Rey en Los Ángeles, y luego se trasladó a Sacramento en 1979 en donde se desempeñó como director fundador de la División de Asuntos Hispanos de la Conferencia Católica de California. Comenzó equipos de ministerio móvil que servían a los trabajadores agrícolas del estado, e inició un programa de radio en español para llegar a los trabajadores agrícolas en California y México.

En 1981 san Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Sacramento, donde vivió hasta su muerte. Se desempeñó como vicario general, vicario del apostolado hispano y vicario de las comunidades étnicas de la diócesis. Sirvió en la parroquia de Santa Rosa en Sacramento y fue párroco del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Sacramento. En ese momento, fue el primer obispo hispano en la capital del estado de California desde 1861.

Nacido con una severa afección de miopía y casi ciego, el obispo Gallegos tuvo varias cirugías oculares antes de entrar al seminario.

Con su comportamiento amable, a menudo se le podía encontrar en las noches de fin de semana en el Franklin Boulevard de Sacramento hablando con los conductores y propietarios de los famosos lowriders de la zona (autos con sistemas de suspensión modificados), bendiciendo sus vehículos y ofreciendo consejos pastorales mientras escuchaba sus problemas e inquietudes. Se estima que 300 autos tipo lowrider participaron en una procesión en su honor antes de su misa fúnebre en la Catedral del Santísimo Sacramento.

La hermana del obispo, Senaida Kane, en material escrito proporcionado por defensores de la santidad, fue citada diciendo: “El ambiente familiar en la casa de los Gallegos era devoto y amoroso. Nuestros padres mostraron gran preocupación por nuestra educación religiosa. De manera ordenada, los niños mayores enseñaban el catecismo a los hermanos más pequeños y todos se reunían diariamente para orar del Rosario”. Los cinco niños y seis niñas incluían al hermano gemelo del obispo, Eloy. Sus padres fueron José Ángel Gallegos, un carpintero, y Caciana Apodaca, ama de casa.

El material del Archivo Diocesano de Sacramento describe la muerte accidental del obispo Gallegos de esta manera: En la noche del 6 de octubre de 1991, el obispo y su conductor viajaban por la autopista 99 desde Gridley de vuelta a Sacramento. El auto perdió poder repentinamente cuando se acercaba a la Ciudad de Yuba. Cuando el obispo Gallegos se bajó del auto para empujar el vehículo fuera de la carretera, una joven que conducía por la misma carretera se acercó por la colina y no vio el auto del obispo detenido. La joven se estrelló contra el vehículo, golpeando al obispo Gallegos y lanzando su cuerpo, lo cual le causó la muerte instantánea.

En 1997 la Ciudad de Sacramento erigió un monumento a su memoria.